De un tiempo para acá, he estado más consciente y me han surgido muchas preguntas y otros momentos de «ajá» sobre el tema de la salud y la alimentación.
Generalmente soy una chava sana, no padezco de las dolencias comunes de hoy en día, como gastritis o diabetes. Sin embargo desde hace unos años padezco de un periodo menstrual irregular y cólicos marca «llorarás».
Arreglar este pequeño pero gran detalle sobre mi salud, me ha hecho investigar, buscar y leer acerca de cómo la alimentación tiene mucho (por no decir todo) que ver con la generación de enfermedades y malestares crónicos.
En busca de mejorar mi alimentación, mi salud y mi periodo, me pregunto ¿La solución puede estar en el mismo problema? ¿Será gran parte del problema, lo que comemos?
Sin duda la producción masiva de alimentos nos hace enfermar. La intención original de la industria de la comida era alimentar a una población creciente; pero en el camino, el número de habitantes ya no era el motivo principal , tal parece que la intención se perdió , el dinero se impuso , y la codicia entró en la ecuación como factor clave. Hoy en día la industria de alimentos se encuentra divorciada de la industria de la salud.
Este divorcio ha llenado carteras y bolsillos de solo unos cuantos, orillando a campesinos, hombres y mujeres agricultores, a no solo pensar en cómo vender lo que producen, sino en qué comer y subsistir cada día.
Todo parece un negocio redondo, si la gente no come bien , se enferman y se venden medicinas para «curar » las enfermedades , que en muchos casos llevan a más enfermedades más complejas.
Todos sabemos la importancia de una dieta saludable en la prevención de enfermedades , sin embargo, la sabiduría ancestral está siendo ignorada, o bien le estamos dando la espalda, pateando el plato que nos dio de comer por generaciones.
La comida rápida empacada en una cajita feliz y los alimentos procesados, se han convertido en las adicciones «cool» que amarran a la diabetes , el sobrepeso. el cáncer y muchos otros problemas de salud .
¿Qué podemos hacer nosotros para cuidar nuestra salud, nuestras tradiciones y nuestra seguridad de alimentación?
Aquí comparto algunas acciones que he recogido de personas, organizaciones como Oxfam México, artículos interesantes y horas de plática sobre el tema con amigos y conocidos.
1) Apoya lo natural y rechaza lo artificial.
Al comprar rechaza los productos que sean hechos con prácticas agrícolas no sustentable; como el uso de plaguicidas, fertilizantes químicos y hormonas, los cuales aceleran la degradación del medio ambiente, la pérdida de la tierra de cultivo y la reducción en el contenido de nutrientes de nuestra comida.
La agricultura rica en nutrientes es hecha por agricultores que tratan los suelos y los ciclos de los nutrientes de manera inteligente y natural, por lo que el resultado son alimentos totalmente nutritivos.
Si consumimos eso, seremos niños, adultos y ancianos con todos los nutrientes necesarios, creando así sociedades y economías más saludables y prósperas.
2) Compra local, conoce el mercadito de la esquina y pregunta de dónde viene la zanahoria y la papita
3) Consume frutos de temporada y retoma las tradiciones de la abuela
¿Será coincidencia que cuando baja la temperatura, los frutos con vitamina C están más ricos que nunca? Nuestros cuerpos se fortalecen con los frutos que crecen de forma natural en cada estación del año. Esto nos asegurará mejor sabor, calidad/precio.
No hay comparación entre preparar un jugo de mandarina fresco y jugoso, versus un jugo empacado de mandarina con saborizante artificial, conservadores e importado.
Las mermeladas y los jugos para los frutos de temporada que se maduran muy rápido son la opción, puedes prepararlo en casa y siempre tener la opción de comer frutas.
4) Cultiva tu propia comida y educa a los niños sobre cómo aprovechar lo que crece en la tierra.
La idea del jardín es buena, pero la idea de cultivar un huerto la supera. Tan solo el hecho de ver crecer un fruto y enseñarle a los niños a observar y meter las manos a la tierrita.
No es necesario que tengas un gran jardín y un super huerto, puedes comenzar con algo a tu medida y tomar pequeños espacios interiores para sembrar la albahaca, el tomillo, el chilito y las aromáticas para comenzar a disfrutar de sus beneficios y bondades.
«¿Y qué si soy amarillo y tú eres naranja? Un día el mundo va a aceptar nuestro amor.» Pinterest Sandy Goodwin
5) Comparte la importancia de comer local, apoyar a los campesinos, tips y recetas saludables y haz que se antojen los frijoles de olla
Si, a veces nos sentimos muy «cosmopolita» cuando compramos la lata de frijoles y el queso importado para echarle a las tostadas; pero si ponemos atención y leemos las etiquetas de estos productos, tienen de todo y en menos cantidad queso y frijoles.
Compartamos el amor por lo natural, por lo de nuestra tierra y por nuestras tradiciones, seamos parte del proceso de concientización y resistencia a un estilo de vida y de alimentación que lejos está de ser saludable.
Regresar al pasado no siempre es síntoma de retroceso, en este caso es más bien, una señal de desarrollo y cultura sustentable.
Vía Revista Tierra Fértil
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